Cómo el CTR te catapulta al éxito en email marketing

El CTR (Click Through Rate) o tasa de clics, ese número mágico en el universo del email marketing, te dice cuánta gente no solo abrió tu correo sino que le picó la curiosidad y clickeó algún link. Es el MVP de los KPIs, el termómetro que mide si tu estrategia de correo electrónico está que arde o si necesita una chispa de vida. Vamos a destripar por qué es tan crucial y cómo puedes hacer para que tus números suban como la espuma.

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¿Por qué debería importarte el CTR?

Si tus correos están consiguiendo un CTR que se sale de los gráficos, es señal de que vas por buen camino. Un CTR elevado indica que tu audiencia está enganchada, que lo que les mandas les mueve a actuar, ya sea descargar algo, inscribirse a eventos o lanzarse a comprar. Generalmente, si tu CTR supera el 5%, estás en la liga de los grandes. Pero tranquilo, si navegas entre el 1% y el 3%, también estás haciendo las cosas bien.

Pillar cómo se calcula el CTR es crucial, pues te va a permitir ajustar tu puntería en esta batalla por captar atención.

Piénsalo como preparar tu coctel favorito: necesitas las proporciones perfectas para que el sabor sea el ideal. En este caso, los ingredientes son los correos que envías y los clics que consigues. La receta es sencilla: tomas la cantidad total de clics que recibieron tus enlaces en un correo específico y lo divides por la cantidad total de correos entregados, eso sí, sácale antes los que rebotaron porque esos no cuentan. Luego, para que el número te hable en un idioma que entiendas, lo multiplicas por 100 y voilà, tienes tu porcentaje de CTR.

Por ejemplo, si mandaste 1000 correos y 50 personas hicieron clic en algún enlace, tu CTR es del 5%. Eso significa que de cada 100 correos que enviaste, 5 personas se interesaron lo suficiente como para darle clic a algo. Y eso, en el mundo del email marketing, es como sacarse la lotería sin comprar boleto.

Desentrañando el CTR: Tu brújula en el email marketing

Engagement (Nivel de compromiso)


Piénsalo como si estuvieras organizando una fiesta exclusiva. No quieres a cualquiera en la puerta; buscas a esos invitados que saben apreciar la música que vas a poner, la decoración que has elegido con tanto cuidado y, sobre todo, la conversación que planeas ofrecer. Así es construir una base de datos en email marketing: seleccionas a personas cuya curiosidad y pasiones resonarán con lo que tú comunicas. Y cuando tu CTR se dispara, es la señal de que has acertado de lleno, que tu mensaje no solo ha sido recibido, sino que ha encendido una chispa de interés.

Imagina, por ejemplo, que lanzas un correo sobre los secretos para hacer el café perfecto en casa. Si tu audiencia son aficionados al café o curiosos culinarios, y notas que tu CTR está por las nubes, eso es un home run. Significa que no solo captaste su atención, sino que ofreciste algo tan irresistible que pulsaron ‘clic’ casi sin pensarlo. Esas no son solo estadísticas, son conexiones reales con gente que valora lo que tú compartes. Eso, en pocas palabras, es tener el mapa del tesoro en tus manos.

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¿Tu campaña es un acierto o un fracaso?

Piensa en el CTR como ese amigo sincero que te dice si tu nuevo corte de pelo es un acierto o si te has pasado tres pueblos. Si tu campaña de email despierta interés (la gente abre los correos), pero luego nadie hace clic, es como si tuvieras a todo el mundo asintiendo con la cabeza en la entrada pero nadie se anima a pasar al salón. Ahí es cuando necesitas sacar la lupa y el bloc de notas: algo no cuadra entre lo que prometes y lo que entregas, y es hora de jugar a ser Sherlock Holmes para descubrir el misterio detrás de esos clics que no llegan.

Imagina que lanzas una campaña prometiendo el santo grial de las recetas de brownie, pero los clics son más escasos que agua en el desierto. Aquí hay trabajo detective: ¿Será que tu audiencia esperaba un video tutorial y solo encontró un texto largo y sin imágenes? ¿O tal vez el botón para hacer clic estaba tan escondido que ni Houdini lo encontraría? Sea lo que sea, identificar el porqué te permitirá ajustar tu estrategia y convertir esos correos abiertos en una fiesta de clics.

Rentabilidad: La prueba del algodón

Imagina que tu CTR es como un termómetro en un día soleado: si los números están altos, es señal de que todo va viento en popa. Un CTR que se dispara no solo te da derechos de presumir en la oficina; también significa que tu billetera está contenta. Es ese momento dorado en el que ves cómo cada centavo que pusiste en tu estrategia de email marketing se transforma en resultados tangibles, en conversiones que pueden ser desde un click hasta una venta. Ahí te das cuenta de que apostar por el email marketing ha sido más rentable que invertir en la lotería.

Piénsalo así: si tu campaña logra que la gente haga clic como loca, es como encontrar una mina de oro en tu patio trasero. No solo estás captando atención, sino que estás convirtiendo esa atención en acción. Y cada acción, cada clic, cada conversión, es un paso más hacia el éxito de tu negocio. Es la prueba viviente de que lo estás haciendo bien, de que tu inversión no solo fue inteligente, sino que está trabajando duro para darte los frutos que esperabas.

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El contenido es rey

Piensa en los clics como aplausos en un concierto. Si tu audiencia está clickeando en tus enlaces, es como si estuvieran de pie, pidiendo un bis. Significa que lo que has puesto en el escenario del email les ha molado tanto que quieren más. Ahora, si los clics brillan por su ausencia, es como tocar en un estadio vacío. Tal vez es momento de replantearse el setlist. ¿Estás enviando algo que realmente quieran escuchar?

Ahí es donde entran en juego los tests A/B, esos compinches que te dicen si tu público prefiere rock clásico o está más por la onda del indie. Con ellos, puedes probar desde el título de tu correo hasta el color de tu botón de llamada a la acción. Imagina que descubres que cambiar «Haz clic aquí» por «Descubre el secreto» dispara tus clics. Eso es oro puro. Al final, ajustar tu estrategia con la ayuda de los tests A/B es como afinar tu guitarra antes del gran concierto: te aseguras de que cuando subas al escenario, tu audiencia no solo esté presente, sino que esté lista para rockear contigo.

CTR y CTOR: Claves para entender y potenciar tu email marketing

Vamos a ponerlo fácil, como si estuviéramos explicando la diferencia entre pizza con piña y sin piña, que aunque ambas son pizzas, el sabor cambia un montón. Así pasa con el CTR y el CTOR. El CTR es como contar cuánta gente, de todos los que recibieron tu invitación a la fiesta (tu correo), realmente se puso los zapatos y cruzó la puerta (hicieron clic). Es un numerito que te dice, del total de correos enviados, cuántos despertaron suficiente curiosidad como para pasar a la acción.

Ahora, el CTOR es como si, una vez en la fiesta, decides ver quiénes realmente se animan a bailar (los que abrieron el mensaje y además hicieron clic en algún enlace). Es más selectivo, porque no mira a todos los que recibieron la invitación, solo a los que ya están moviendo los pies en la pista (los que abrieron el correo).

Pongamos un ejemplo práctico para que lo veas claro: Imagina que mandaste 100 correos y 40 personas los abrieron. De esas 40, 10 clickearon en el enlace que incluiste en el mismo. Para calcular el CTOR, tomas esos 10 valientes que dieron clic (los que realmente están bailando) y lo divides entre los 40 curiosos que abrieron el correo (los que están en la fiesta), luego eso lo multiplicas por 100 para tenerlo en porcentaje. El resultado te dirá qué tan buena es la música (tu contenido) para los que ya están en la fiesta.

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Ideas para mejorar tu CTR en email marketing

CTAs que enganchan

Piensa en tu llamada a la acción (CTA) como si estuvieras invitando a alguien a bailar. No te plantas delante y sueltas un «Quizás, si te parece, podríamos considerar la posibilidad de bailar, pero solo si quieres, no sé, tú dirás…». ¡Eso no funciona! Lo que haces es mirarle a los ojos, sonreír con confianza y decir: «Vamos a bailar, te va a encantar». Es directo, es atractivo, y deja poco espacio para dudas.

Imaginemos que tienes un sitio web sobre cocina y tu objetivo es que tus visitantes descarguen tu nuevo libro electrónico de recetas. Una CTA floja sería: «Si quieres, podrías descargar nuestro libro». Eso suena como si ni tú estuvieras convencido. Ahora, una CTA poderosa sería: «¡Descarga ahora el libro de recetas y conviértete en el chef que siempre quisiste ser!» Es directa, emocionante y hace que el clic sea prácticamente inevitable. Con una CTA así, tus lectores no solo querrán el libro, sino que sentirán que es el paso que necesitan para alcanzar sus sueños culinarios.

No todo es el texto

Piensa en tu correo electrónico como si fuera tu atuendo para una primera cita. No te presentarías con una camiseta manchada de salsa y unos pantalones que no has lavado en semanas, ¿verdad? Quieres causar una buena impresión, mostrar tu mejor versión. De la misma manera, el diseño de tu correo debe ser atractivo y pulido. Debe invitar a tus lectores a quedarse, a explorar lo que tienes que decir.

Imagina que recibes dos correos: uno es un bloque de texto denso, sin espacios, con diferentes tipos y tamaños de letra; parece más un rompecabezas que un mensaje. El otro correo, sin embargo, tiene un título claro, imágenes atractivas que complementan el texto, y botones de llamada a la acción que resaltan. ¿Cuál te invita a leer y explorar más? Claro, el segundo. Es como comparar una comida presentada de forma exquisita en un plato bien dispuesto, con una mezcla desordenada en un tazón. El contenido puede ser el mismo, pero el diseño hace que uno sea mucho más apetecible que el otro.

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Contenido de calidad

Imagínate que estás en una fiesta, intentando entablar conversación. Si solo hablas de cómo coleccionas calcetines de dibujos animados (a menos que estés en una convención de calcetines, claro), es probable que la gente empiece a buscar excusas para irse. Pero si encuentras un tema que resuene, algo que a todos les encante o les intrigue, de repente eres el alma de la fiesta. Con tus emails pasa lo mismo. Si lo que mandas no despierta un interés genuino, es como hablarle a la pared.

Piénsalo así: estás enviando un correo sobre las «10 maneras de ahorrar dinero en tus compras diarias». Si tus suscriptores están interesados en hacer rendir más su dinero, este contenido no solo es relevante, sino que también es oro puro para ellos. Es como si les dieras un mapa del tesoro. Al final del día, el contenido que engancha es el que habla directamente a los intereses y necesidades de tu audiencia. Si lo haces bien, tus correos serán esperados con ansias, abiertos con emoción y, lo más importante, accionados. Porque al final, lo que cuenta es conectar, y para conectar, tienes que importar.

Amigable con el móvil

Piensa en tu móvil como si fuera tu mini asistente personal para todo: desde despertarte por la mañana hasta entretenerte antes de dormir. Ahora, imagina que recibes un correo electrónico que en tu computadora se veía espectacular, pero en la pantalla de tu móvil parece un jeroglífico antiguo, con texto e imágenes amontonadas. Es como intentar leer un mapa del tesoro en una servilleta arrugada; simplemente no vas a molestarte.

En la era actual, donde el móvil es prácticamente una extensión de nuestra mano, enviar correos que luzcan bien en este dispositivo no es un lujo, es una necesidad. Si tu email se ve torcido, con botones imposibles de clicar o textos que necesitas ampliar para leer, estás dándole a tu audiencia un billete directo para ignorarte. Es perder una oportunidad de oro de conectar, porque, seamos sinceros, ¿cuándo fue la última vez que preferiste encender tu computadora para revisar un correo en vez de sacar tu móvil del bolsillo? Acerté, ¿no? Asegúrate de que tu email brille en la pantalla pequeña, y tendrás la llave maestra para captar la atención en la era del scroll infinito.

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Asuntos que impactan

Piensa en el asunto de tu correo como el anzuelo en un océano repleto de peces; quieres que el tuyo brille más que una bola de discoteca en la noche. En la selva de la bandeja de entrada, donde cada email lucha por un poco de atención, tu asunto tiene que ser ese grito de «¡Mírame!» que hace que todos se detengan en seco. No se trata solo de escribir algo bonito; es cuestión de ser el más brillante, el más audaz, el que hace que el dedo se detenga de desplazar y piense: «Esto tengo que verlo».

Usa emojis para añadir color y personalidad, como ponerle guindas a un pastel. Personaliza el asunto para que el destinatario sienta que le estás hablando directamente a él, como si fuera una carta escrita a mano. Imagina recibir un correo con el asunto «🚀 ¡[Tu nombre], tu próximo viaje espacial te espera!» frente a otro que simplemente dice «Ofertas de esta semana». La diferencia es abismal. El primero no solo captura tu atención con un emoji llamativo y tu nombre, haciéndote sentir especial, sino que también despierta tu curiosidad. ¿Un viaje espacial? ¿Para mí? ¡Tengo que ver de qué se trata! Ahí está el truco; destacar no es solo ser diferente, es ser memorablemente irresistible.

¿Y qué pinta la Escritoría en todo esto?

En la Escritoría, utilizamos tanto la creatividad como la inteligencia artificial para mejorar tu estrategia de email marketing. Nuestro enfoque se centra en conseguir que tu audiencia no solo abra tus correos, sino que también se sienta más conectada con tu marca. En el rápido mundo digital de hoy, destacar es fundamental, y es exactamente en eso en lo que queremos ayudarte.

¿Quieres que tus correos sean más que simples mensajes en una bandeja de entrada? Con nosotros, puedes lograrlo. Te ofrecemos herramientas y estrategias para hacer que cada correo sea una oportunidad de engagement real. En la Escritoría, combinamos análisis de datos con un toque humano para que tu contenido resuene con tu audiencia. Prepárate para ver cómo tus correos se transforman en conversaciones significativas y conversiones efectivas.

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